<strong>El escenario entre viñedos en Borgoña invitaba a día grande en el Tour de Francia.</strong> Esbeltas hileras alambradas de vides que, desde el helicóptero, marcan una línea imaginaria que los ciclistas surcan con sus cascos imposibles y sus bicis de última generación ya más próximas al asfalto Fórmula 1 que a las carreteras del Tour.

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