En fútbol todo es opinable pero, para mí, esto no tiene opinión. Leo Messi debía ganar su octavo Balón de Oro porque en un mundo del fútbol donde lo más importante es el Mundial, el que lo gana tiene todas las de ganar… y más si lo hace como lo hizo Leo: con siete goles, tres asistencias, cinco MVP de siete posibles y un incontestable dominio de Argentina, más allá de la loca final.
