Yomif Kejelcha suspira en el podio, ya bajo la lluvia de Valencia, que le persigue año tras año. El etíope no consigue encontrar el día perfecto. Esta vez volvió a intentar batir el récord del mundo de medio maratón pero se derrumbó en el tramo final. El año pasado, contra el viento, en un circuito lleno de charcos, salió airoso y batió la plusmarca por un segundo (57m 30s). Suficiente. Este año se quedó lejos, ligeramente por encima de los 58 minutos (58m 2s), y nada más cruzar la meta de la avenida de los Naranjos, junto a la universidad, vacía su cuerpo sobre la alfombra azul y enseña dónde estuvo el verdadero problema. La keniana Agnes Ngetich también lo intentó, pero se tuvo que conformar con la tercera mejor marca de la historia (1h 3m 8s). El más sonriente, el sueco Andreas Almgren, que se convierte en el primer atleta europeo en bajar de los 59 minutos en medio maratón (58m 41s) y rebaja por 32 segundos un récord continental del suizo Julien Wanders que iba camino de los siete años de antigüedad.

