Se pasó días en un hotel de Madrid esperando su fichaje por el Atlético. Se tuvo que volver a Londres porque la operación que necesitaba hacerse (primero, Samu, luego, Joao) se enquistaba y no podía fichar por los rojiblancos. Un duro palo para cualquiera que Conor Gallagher tomó con paciencia, entereza y convencimiento de que sólo quería vestir la elástica de los del Metropolitano. Y aguantó y ganó, sólo hay que ver el recibimiento de una hinchada que ya tiene canción para el ex del Chelsea… Pero especialmente el rendimiento del medio. Dos goles lleva ya, ambos de bella factura, por no hablar del empeño y corake que aporta en la sala de máquinas. Parece que estaba destinado a estar a las órdenes de un Simeone encantado con uno de sus fichajes. Se dice pronto, pero Gallagher lleva más goles que Julián y Sorloth.

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