<strong>El Sevilla anunció por sorpresa la ampliación de contrato de Xavier García Pimienta hasta 2027</strong>. Tenía firmados dos años y, mes y medio después del inicio de su primera temporada en el Sánchez-Pizjuán y con discretos resultados, el club le ha puesto un nuevo contrato encima de la mesa con el añadido de una tercera temporada. Aún no está firmado, pero <strong>sí se han dado la mano para sellarlo</strong>. Este extraño movimiento, que se produjo cuando el equipo aún no había sumado su primera victoria (antes del duelo ante el <strong>Getafe</strong>) y las primeras críticas comenzaban a aparecer contra equipo, cuerpo técnico y, sobre todo, directiva. El motivo que ha llevado a los sevillistas a tomar esta determinación es por acallar el runrún ajeno y, más que eso, el propio. <strong>De señalarle al vestuario que no pueden bajar el pulgar cuando a ellos les venga en gana</strong>. Que su jefe es y será (aunque las leyes del fútbol van por el lado de los resultados) García Pimienta. <strong>Un blindaje contra conjuras propias cuando lleguen peores resultados que los actuales</strong>.

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