España solventó el partido ante Chipre como lo hacía cuando era campeona habitual hace ya más de diez años: sin contemplaciones. 0-3 al descanso y a otra cosa. Porque la selección tiene un plan claro desde que ganara la Liga de las Naciones el pasado verano. No tiene estrellas mundiales en la convocatoria, pero De la Fuente está armando un equipo con un estilo reconocible y que engancha. Al toque y al ataque. El juego de siempre, pero con la verticalidad que tanto se echó de menos en el Mundial de Qatar.

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