Qatar se prepara para desmontar y transportar en un buque a otro continente, otra parte del planeta todavía desconocida, uno de los estadios del Mundial. Su penúltima pirueta. “Lo mejor es que cabe en un 10 o 20% de una embarcación, y todo el proceso, hasta colocarlo en el futuro destino, llevará casi dos años. Construir uno nuevo son tres”, explica Mark Fenwick, socio fundador de Fenwick Iribarren Arquitects (FIA) junto a Javier Iribarren, el estudio español que diseñó este estadio, el 974; probablemente, el más original de la cita de 2022. Una cabriola arquitectónica inspirada en Lego, formado por 974 contenedores, que se presentó como el primer campo de estas características.