“Hoy vuelve a salir el sol y es amarillo”, afirma el Cádiz en redes sociales un día después del descenso más doloroso del conjunto andaluz. El año previsto para la consolidación del proyecto en Primera en su cuarto año en la máxima categoría se convirtió en una pesadilla. El sexto descenso de la historia del Cádiz se veía venir desde hace algunas semanas, pero se confirmó ayer domingo en la penúltima jornada de la Liga con el empate ante Las Palmas. De nada sirvió el agónico triunfo frente al Sevilla en la jornada intersemanal. “El máximo responsable soy yo”, afirmó el presidente Manuel Vizcaíno, el hombre que maneja todos los hilos de la entidad andaluza, muy presidencialista. Vizcaíno fue el hombre que condujo el proyecto que dio con el club en Primera en 2020. Bajo su mando, el Cádiz ha estado cuatro temporadas en Primera. En la ciudad gaditana, sin embargo, no se le perdona su condición de sevillano y, también, sevillista. La ausencia de gol, la contratación de Pellegrino tras la destitución de Sergio (el gran error de Vizcaíno), los malos resultados fuera de casa y el bajo rendimiento de jugadores destinados a marcar la diferencia como Fali, Alcaraz, Guardiola o Máxi Gómez (ni un solo gol anotado) están detrás de este fracaso del conjunto gaditano. Vizcaíno confió en estos jugadores y este grupo no ha ofrecido el rendimiento necesario. “Ha sido un golpe duro y hemos hecho las cosas mal, pero desde ya trabajo para devolver al Cádiz a Primera”, indicó el presidente.