El Manchester City tropezó en su estreno en la Liga de Campeones frente al Inter, que fue un muro infranqueable para el equipo de Guardiola. Ni por abajo ni por arriba pudo el equipo inglés doblegar la resistencia de los italianos. Gündogan pudo desequilibrar con dos remates de cabeza en el descuento, pero, a pesar de su magnífica posición, uno se le fue a las manos del portero y el último, ya en los segundos finales del partido, se marchó alto. Allí agotó el City su pólvora.

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