<strong>Real Madrid y Barcelona</strong> viven en vasos comunicantes. Nunca los dos van bien. Uno u otro marca el ritmo y su rival se queda a verlas venir. Sin embargo, lo que está sucediendo ahora es de una <strong>crueldad supina para el culé</strong>. El Madrid ganó la Liga sacando a los azulgranas 10 puntos con cese de Xavi incluido. Ahora acaba de llevarse la Champions, después de dejar en la cuneta en cuartos al City de Pep, y suma ya 15 títulos. El basket se suma a la debacle culé cayendo por un humillante 3-0 en la semifinal de la Liga Endesa. Y, por si fuera poco, asisten callados, incrédulos y con considerable envidia al fichaje de Mbappé por el club blanco. Todo esto para la afición azulgrana es una puñalada detrás de otra.

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