El invierno empezó con una victoria del campeón y también líder Barça. La mejor manera de coronar su estupendo año 2025. No se sabe qué hubiera pasado si el partido se hubiera jugado en Miami, como pretendía la Liga, y no en Villarreal, un feudo invicto hasta ayer en el campeonato y en cambio siempre agradecido para los azulgrana, que no pierden desde el curso 2007-2008, tiempos aún de Rijkaard. El Barcelona viaja embalado desde la caída en Stamford Bridge. La racha del equipo de Flick se impuso prácticamente por inercia a la que defendía el de Marcelino. El encuentro siempre giró a favor de los barcelonistas, afortunados y efectivos, bien resguardados por Joan García. El portero azulgrana puso a buen recaudo el gol de penalti de Raphinha y la superioridad numérica por la expulsión de Renato Veiga. A falta del mando de Pedri, la puntilla la puso la puntera del exquisito Lamine.

