La jugada fue tan rápida que el juez de silla, Greg Allensworth, no vio bien la parábola que dibujó la bola. En el tercer set del encuentro, cuando Jack Draper disponía de su segundo punto de partido en los octavos de final de Cincinnati ante Felix Auger-Aliassime, el británico, un prometedor zurdo de solo 22 años al que han castigado las lesiones desde que aterrizó en la élite, decidió sacar abierto y subir a la red. El canadiense contrarrestó el servicio con un resto fantástico que complicó la volea de su rival. Draper contactó con la bola justo cuando iba a botar, pero esta dio antes en su raqueta, se fue después contra el suelo y avanzó hasta golpear en la malla y caer muerta en el campo del expupilo de Toni Nadal. Aliassime vio tan claro que su rival había pifiado la volea que no hizo siquiera el ademán de correr, pero Allensworth dio por finalizado el encuentro (7-5, 4-6, 4-6, 2h 38m). “Damas y caballeros, considero que fue un golpe válido. Juego, set y partido para Draper”, dictaminó ante la incredulidad del número 19 del mundo, que durante cuatro minutos trató de explicarle al juez de silla la jugada para que este cambiara su decisión. El supervisor entró en la pista, pero el reglamento no permite que se pueda rearbitrar con la ayuda del vídeo, y Allensworth se mantuvo en su error.