Andaba el Madrid apurado en el Bernabéu, sin encontrar la manera de batir al Espanyol y viendo como los minutos caían sobre el marcador cada vez más deprisa, cuando Joan García cometió un error garrafal y regaló un balón sobre la línea para que <strong>Carvajal </strong>pusiera el empate en el último balón que tocaría en el encuentro. Había pedido el cambio.

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