Lo habitual es que los equipos cambien después de malos resultados, pero el Madrid lo hará al revés, tras una temporada de gran éxito. Así lo han querido las circunstancias: Toni Kroos plegó velas en la cima, y Kylian Mbappé aceptó fichar ahora y no en las varias ocasiones que tuvo en el pasado. Un adiós y un hola que empujan a Carlo Ancelotti a reformular un conjunto que cuadró con tino el pasado verano en unas circunstancias que no parecían las más favorables por las lesiones y la ausencia de un nueve puro en la plantilla tras el adiós de Benzema. Lo logró casi a la primera, pero el libreto de la decimoquinta ya no vale al día siguiente de levantarla. La salida del alemán y la llegada del francés cambian muchas cosas. Los dos movimientos alteran el patrón de juego de los blancos y obligan a permanecer atentos a algo tan sensible en un vestuario campeón como la integración de una estrella planetaria.

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