Ni la flojera del coche que conduce, ni la presión a la que se ha visto sometido, ni siquiera las astracanadas de Flavio Briatore, asesor ejecutivo del equipo Alpine, lograron que al piloto más canchero de la Fórmula 1 le entrara el tembleque. La escudería francesa, que nadie sabe muy bien por dónde pasa ni hacia dónde va, anunció este viernes la renovación de Franco Colapinto, el piloto que se ha convertido en la esperanza de Argentina en el campeonato y que reúne varios de los aspectos más deseables que se buscan actualmente en la parrilla. Es joven (22 años), simpático y desacomplejado, y lleva detrás un buen remolque económico. Tiene velocidad, pero todavía debe completar algo más de recorrido para poder evaluar cuánta.

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