Lionel Scaloni (Santa Fe, 1978) es un caso atípico en el mundo del fútbol. En noviembre de 2018 se hizo cargo de la selección argentina sin haber entrenado antes a ningún club, apenas fue seleccionador sub’20 durante un torneo. Cinco años después su balance en el banquillo es impecable: 67 partidos con un 76% de victorias (solo seis derrotas) y ha ganado los tres torneos disputados: el Mundial, la Copa América y la Finalissima ante Italia. En Qatar tocó el cielo proclamándose campeón del mundo. Con un liderazgo discreto supo imprimir su sello de serenidad y cordura para canalizar el juego y el fuego de todo un equipo y un país alrededor de Messi. Durante la Gala Globe Soccer celebrada en Dubai la semana pasada recibió el enésimo premio por su exitoso desempeño en los banquillos y atendió a MARCA. Conversar con este deportivista a ultranza (jugó 200 partidos en nueve temporadas con el inolvidable Super Dépor) resulta enriquecedor.