El monstruo del gol fue Haaland y la estrella, Doku, pero quien asentó las bases de la fiesta en el Etihad fue Nico González. Pep Guardiola celebró sus 1.000 partidos como entrenador ante un Liverpool que se fue deshaciendo poco a poco y desde dentro; Konaté no estuvo a la altura del reto y se vio sometido por la calidad de Jeremy Doku. 

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