Luka Modric compareció este martes con un aire tranquilo y burocrático, echando mano del castellano balcánico que aprendió viendo también telenovelas mexicanas, para explicar que para eliminar al Manchester City (21.00, Movistar Liga de Campeones; 4-3 en la ida del Etihad) necesitarán “fe, energía y agresividad”. Como la suya contra el PSG y Chelsea, por ejemplo. Después de superar al equipo parisino, pocas escenas llamaron más atención que él entrando en el vestuario del Madrid poseído, estrujando, abrazando y gritando a todo el que se iba encontrando por el camino, ya fueran jugadores, técnicos o fisios. Una secuencia que repitió en parte un mes más tarde tras esquivar el siniestro total ante el Chelsea.

