El Real Madrid salió al derbi sin su mejor portero, sin sus tres mejores defensas, y diez minutos antes del partido, se anunció que su mejor delantero se había lesionado en el calentamiento, luego que no, finalmente que sí, y la megafonía del estadio dijo: “Cambio de última hora. Se retira de la alineación titular con el dorsal número 7 Vinicius Junior y entra en su lugar con el dorsal 14 Joselu”, y salió Brahim. No pasó inadvertido. Es una serpiente cascabelera, un jugador de duende que viene a reivindicar a su manera al mejor Isco: estos jugadores de caños, conducciones alocadas, feliz tracción trasera y colchones en las botas tienen siempre un sitio en el Madrid, tienen siempre un aplauso de tarde en el Santiago Bernabéu, y desguazan partidos de la misma manera que desguazan defensas: abriéndolas como el champán.

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