El Barcelona y la constructora Limak discuten desde hace unos días sobre algo que no deja de ser una buena noticia para ambos: el adelanto de un mes sobre el calendario previsto de remodelación del Camp Nou. No se acaban de poner de acuerdo sobre el bonus que la constructora turca debe cobrar por haber concluido antes el derribo de la tercera gradería del estadio blaugrana y la marquesina. La cuantía final depende de la fecha que consensúen ambas partes en la que se acabaron esos trabajos, una cuestión de días. Será alrededor de un millón de euros, una cifra ínfima en el precio máximo pactado de 960 millones que debería costar la actualización del estadio y un premio que despeja algunas dudas sobre las opciones de acabar a tiempo todo el proyecto, que inicia ahora 12 meses a contrarreloj para llegar a tiempo al nuevo gran hito: el regreso de los partidos del primer equipo a partir de noviembre de 2024 con un aforo limitado de 65.000 espectadores (en torno al 60% de las butacas).
